lunes, 18 de octubre de 2010

En el Tao

Amanece en la montaña.
Dos guerreros sentados frente a frente
los ojos cerrados.
El guerrero negro ha venido de muy lejos....
El viento acaricia el rostro
las hojas se desparraman.
Las espadas se cruzan
la tela es rasgada y el acero se hunde.
La mano no tiembla.
El rey ha muerto, el trono está vacío.
¡Honor!
La serenidad se alcanza
los ojos se nublan.
¡Ya se ven las puertas del Tao!
Ginés Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario