miércoles, 25 de mayo de 2011

Mayo

Náyade de Rubens
tu piel es un océano dorado.

Dos soles de medianoche
conforman tu mirada profunda
como cantos de sirena.

Una constelación de estrellas
recorre tu rostro
en el que siempre busco
tu arrecife de coral rojo.

Coronada eres de lianas helicoidales
que acarician tus mejillas.

Para vestirte sólo quiero perlas,
dos bellas islas tienes
volcanes con campos de fresas.

Eres la libertad
llevándonos a la revolución.


Ginés Pérez